NI FRAY EJEMPLO NI JUAN ESPAÑOL ESTABAN INVITADOS A LA CUMBRE DEL CLIMA EN GLASGOW

Artículo de Francisco Álvarez-Cascos para la web de FORO PRINCIPADO

“Nuestros gobernantes están tan ‘verdes’ y son tan fanfarrones que pretenden situar a España líder mundial en la reducción de CO2, cuando España emitía el 0,62 % del planeta y el 7,20% de la UE, de los que el 30% correspondían a la generación con carbón y gas natural y el resto a otras industrias y transporte”

“Esta fanfarronería provocó que España haya perdido su soberanía energética porque las fuentes renovables de energía hidráulica, solar y eólica no son suficientes al depender de factores climáticos que reducen su disponibilidad a unas 2.000 horas/año”

“Al perder la soberanía energética, los españoles somos rehenes de estos gobernantes ‘verdes’ que en su necio despotismo han reducido el patrimonio intangible de una nación a un mero bien económico manejado por unos pocos”

“Su soberbia les permite arruinar a sus ciudadanos con precios desorbitados de la electricidad, deslocalizar industrias básicas por falta de competitividad y colocar al país ante el precipicio de apagones por falta de seguridad en las fuentes de suministro”

Empezamos la semana con dos noticias que no pueden ser más preocupantes: la visita de una ‘dana’ que nos anuncia la llegada adelantada del invierno con una ola de frío y nieve; y con la escalada de precios ‘estratosféricos’ de la electricidad por encima de 300 €/MWh. Hay motivos para que se disparen las alarmas ante la llegada adelantada del invierno porque la promesa -una más- de Pedro Sánchez de rebajar el precio de la factura eléctrica de familias y de empresas esta cada día más lejos de cumplirse. Por el norte, vivimos bajo la amenaza de Bielorrusia de cortar el suministro de gas procedente de Rusia que representa el 10 % de nuestras importaciones, y por el sur Marruecos anunció el cierre del gasoducto que nos abastece del gas procedente de Argelia que representa el 45 % de nuestras importaciones.

Estamos ante el riesgo de la tormenta perfecta que suele suceder cuando no se da importancia a algo tan trascendente para un país como es garantizar su soberanía energética, aviso que algunos hemos repetido hasta aburrir porque hacemos caso a las recomendaciones de los expertos, como el asturiano Juan José Fernández, decano del Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste, quien en marzo de 2019 pronunció una magistral conferencia en Oviedo, cuyas conclusiones sobre la transición energética necesaria para España eran estas:


“-La transición energética es un tema complejo que necesita muchos conocimientos interdisciplinares porque interrelacionan muchas variables y que debe adaptarse en el tiempo a las necesidades de cada país.


-Precipitarse no es bueno. La ideología y la demagogia deberían quedar fuera. Hace falta un consenso a largo plazo de todas las partes y estabilidad para que se puedan llevar a cabo las inversiones previstas.


-Seguir acortando los plazos o aumentar los objetivos a 2030, podría suponer un riesgo para la industria y llevarnos a una progresiva deslocalización sin que el problema del CO2 se resuelva a nivel global.


-Hay que hacer una transición hacia escenarios con menores emisiones de CO2 y tiene que ser pausada de forma que se puedan asumir los cambios sin provocar traumas sociales y económicos en los territorios afectados”


Nuestros gobernantes están tan ‘verdes’ que no escucharon ni uno solo de los consejos sensatos de los expertos que ya vaticinaban hace dos años lo que podía ocurrir si perseveraban en sus desvaríos ecolojetas. Pero nuestros gobernantes están tan ‘verdes’ y son tan fanfarrones que pretenden situar a España como líder en la reducción de emisiones de CO2, cuando las emisiones totales del planeta son del orden de 37.000 Mt, correspondiendo las más importantes a China (10.000 Mt), Estados Unidos (5.000 Mt), India (2.500 Mt), Rusia (1.700 Mt), Japón (1.200 Mt), o Alemania (720 Mt). Según estas fuentes, España emitía 230 Mt, el 0,62 % del planeta y el 7,20% de la UE, de los que el 30% correspondían a la generación con carbón y gas natural y el resto a otras industrias y transporte. Era evidente que las emisiones de las centrales de carbón españolas resultaban y resultan irrelevantes a nivel europeo y mundial. Pero esta fanfarronería provocó que España haya perdido por completo su soberanía energética porque las actuales fuentes renovables de energía hidráulica, solar y eólica no son suficientes al depender de factores climáticos que reducen su disponibilidad a unas 2.000 horas/año. Y al perder la soberanía energética nacional, los españoles somos rehenes de estos gobernantes ‘verdes’ que en su necio despotismo han reducido el patrimonio intangible de toda una nación a un mero bien económico manejado por unos pocos.

Era obvio que España no podía prescindir tan alegremente del carbón como estos gobernantes ecolojetas decidieron para disfrazarse de líderes ‘verdes’ en sus reuniones europeas, a costa del bienestar de los españoles. Están tan ‘verdes’ que su preocupación real por el problema del calentamiento del planeta se mide por su indiferencia a importar energía nuclear de Francia -que anuncia la ampliación de su parque nuclear- después de cerrar aquí nuestras nucleares, y a importar energía ‘sucia’ de las centrales de carbón de Marruecos que nos ha cortado el gas, cuando en España cerraron siete centrales térmicas en un año, y cuatro más están en tramitación. Están tan ‘verdes’ que su magín les hace sentirse más inteligentes que los alemanes o los polacos que prolongan una década el cierre de sus térmicas de carbón.

Están tan ‘verdes’ que su soberbia les permite arruinar a sus ciudadanos con precios desorbitados de la electricidad, deslocalizar industrias básicas por falta de competitividad de los costes energéticos y colocar al país ante el precipicio de los apagones por falta de seguridad en las fuentes de suministro.

El estrambote del fracaso de la cumbre internacional COP26 sobre el cambio climático, celebrada recientemente Glasgow, no nos tranquiliza pero tampoco nos debe de sorprender, por dos razones. La primera porque los organizadores se olvidaron de invitar a Fray Ejemplo. No se pueden lanzar con credibilidad mensajes para dejar de fumar con un habano en la boca, ni se puede convencer a los ciudadanos sobre la necesidad de adoptar medidas drásticas de reducción de CO2 con 444 aviones aterrizados en los dos aeropuertos de Glasgow el fin de semana inaugural, dando pésima imagen; entre ellos, faltaría más, los reactores del líder “verde”, Pedro Sánchez, y del anfitrión, Boris Johnson.

Y la segunda porque, entre tantas figuras mediáticas, tampoco estuvieron presente en la cumbre de Glasgow ni Juan Español ni John Smith, por citar a los representantes más conocidos del ciudadano medio de diferentes países del mundo. Con más realismo que nuestros gobernantes ‘verdes’, los representantes de China e India obligaron a redactar en el texto de la COP26 un compromiso de ‘reducción progresiva’ del uso del carbón. Aquí en España también comenzamos la semana con la noticia de la reapertura de uno de los cuatro grupos en la térmica de As Pontes, ante el auge de los precios de la electricidad y las bajadas de temperaturas, que provocan un aumento del consumo energético. Si esto es una política energética seria ......